LA HORA Y LA VEZ DE AUGUSTO MATRAGA (1965)
Miercoles, 9 de octubre de 1968 - México

Em el setual ciclo de cine brasileno que ofrece la cinemateca de México em el auditório de mosco de Antropologia, hemos podido comprobar el gran nível que tiene actualmente el cine del Brasil. La comprobación tiene mas valor porque en el ciclo han estado ausentes los grandes nombres del cine brasileno, Glauber Rocha, Ruy Guerra, Pereira dos Santos. Se trata pues, con uma sola excepcion, de uma orquestra del nível niedio alcanzado por esa cinematografia. La excepción es, La hora y la vez de Augusto Matraga, a nuestro inicio juicio una de las más altas cumbres del “cinema nuevo”.

Habíamps visto el film hace dos énõs y temiamos que esse tiepo lê hublera hecho mella, que la magnífica primera impresión fuera solo el resultado del deslumbramiento, del estado de hipnosis em que nos mizocaer la reveiación del cine brasileño. Vários temores, el filme s uma espiéndida realidad, la obra de uno de los más grandes cineastas nacidos em suelo latinoamericano, Roberto Santos.

Santos, que es em la actualidad um hombre alrededor de los cuarenta anõs, habia realizado su primer largometraje em 1956, O grande Momento, em él se notaba la influencia predominante del neorcadismo italiano em los jovenes cineastas independientes como Nelson Pereira Dos Santos(considerado actualmente como el padre espiritual del “ nuevo cinema”) y Triguerinho Neto.

Se trataba de um cine nutrido pó lãs tradiciones eruditas y populares, además del sistema particular de relaciones sociales reinantes em el país. Era um cine de representación, cuyo ideal residia em el rellejo de um estado de cosas, em provocar nuesira perulsa ante uma serie de situaciones injutas. La actitud del cineasta tênia que caer necesariamente en el paternalismo.